La Asociación Española de Clubes Náuticos realizó la pasada semana, tanto su Junta Directiva como Asamblea anual en el Real Club Marítimo de Melilla. La mayoría de las entidades que forman la AECN estuvieron presentes en esta cita, debatiendo distintas cuestiones que afectan a los distintos clubes de la asociación.
El viernes, 31 de mayo, se realizó la Junta Directiva encabezada por el Real Club Marítimo de Melilla, que actualmente ostenta la Presidencia de la AECN. Una reunión de trabajo que sirvió fundamentalmente para preparar los principales puntos del día que tocaba debatir durante la Asamblea Ordinaria, que se desarrolló durante el sábado.
Los asistentes a esta reunión anual de la AECN fueron recibidos en el Salón Dorado del Palacio de la Asamblea por el presidente de la ciudad autónoma. También se realizaron distintas visitas guiadas, tanto a Melilla La Vieja como a las Salas Históricas de Regulares y La Legión.
Al termino de la Asamblea se elaboró una Declaración Institucional de la AECN bajo el nombre “Melilla 2024”.
DECLARACIÓN MELILLA 2024
La Asamblea General Ordinaria de la Asociación Española de Clubes Náuticos (AECN) se ha reunido en la ciudad autónoma de Melilla, acogidos por el Real Club Marítimo de Melilla, que está de celebración, al conmemorar durante este año sus ochenta aniversarios. Con tal motivo, los miembros que formamos la AECN desarrollamos nuestro encuentro anual con la certeza de que nos enfrentamos a un futuro incierto y estamos preparados para los importantes retos en los que estamos inmersos o a los que aparecerán en un futuro cercano.
Estos retos, deben servir para reformar la acción conjunta dentro de la asociación, fortaleciendo su estructura y ampliando su base asociativa, en el convencimiento de que la unidad de acción será fundamental para conseguir dar estabilidad a nuestra actividad.
Los clubes náuticos nos hemos convertido, con el paso de los años, en elementos consustanciales en el seno de las ciudades que nos acogen. Somos elementos dinamizadores de la vida social y cultura, motor económico, escuela de valores para las nuevas generaciones que practican deporte con nosotros…. en definitiva, entidades vivas, abiertas al entorno que les rodea y que, en nuestra justa medida, contribuimos a la vitalidad de la sociedad.
La carencia de ánimo de lucro de nuestros clubes, y la entrega desinteresada de sus Juntas Directivas, son una característica fundamental que nos diferencia en una sociedad mercantilista, donde la consecución de un beneficio económico se ha instalado en todos los ámbitos. No todo es economía y no todo puede ni debe medirse por aspectos puramente económicos.
Por nuestra parte reforzamos, más aún si es posible, nuestra apuesta por el deporte, y no solo en el ámbito náutico, sin que con el paso del tiempo la diversificación de nuestra oferta deportiva se ha convertido en un pilar básico de nuestra subsistencia.
Esta apuesta por el deporte va acompañada por una clara protección del medio ambiente y conseguir la sostenibilidad de nuestras instalaciones. Sin duda los esfuerzos que estamos haciendo en ese sentido deben verse recompensados y forma parte de la lección que damos y que nos demandan las generaciones futuras.
Abordamos una época de constantes cambios, en busca de una modernización que en muchos casos es contraria a los movimientos que nos crearon décadas atrás. Tiempos
en los que toca subsistir ante una amenaza cierta, que, en determinados casos, que hace cimbrear los sólidos cimientos que nos vieron nacer. Es el momento, de dar un paso adelante, de poner en valor el espacio que ocupamos en la sociedad y navegar junto a instituciones y organismos con los que debemos formar equipo. La leal colaboración público-privada es eje a potenciar. Somos socios creíbles y serios, y la administración debe valorar que hemos demostrado nuestra decidida apuesta por dinamizar el entorno de nuestros clubes.
Los clubes náuticos son mucho más que simples entidades deportivas. Son espacios donde la comunidad se reúne para disfrutar de su pasión por el mar y actividades socio-culturales. En estos lugares, se fomentan valores como el compañerismo, la solidaridad y el trabajo en equipo, que son fundamentales para construir una sociedad más cohesionada.
Nuestras instalaciones son el escenario en el que se están formando, no solo los regatistas del presente y futuro, sino que también hemos avanzando para dar cabida a otras tantas disciplinas deportivas dando respuesta a las inquietudes de nuestros asociados, consiguieron generar.
Las entidades que formamos la AECN mostrarnos unidad y apoyo en las vicisitudes como las que han llevado a la perdida de la concesión de los clubes de Gandía, Mahón e Ibiza o a las que se enfrenta otros como nuestros compañeros del Real Club Náutico de Palma, Castellón y otros más. Es una cuestión que nos debe hacer reflexionar y desarrollar un frente común ante las instituciones que deben asegurar la existencia de nuestras entidades.
Debemos unir nuestras fuerzas para instar una modificación legislativa que permita reconocer la singularidad de los clubes náuticos y así poder acometer los procesos de renovación de las concesiones con garantías de éxito. Incluso ir más allá y reivindicar una legislación específica que garantice que podamos seguir desarrollando nuestra función deportiva y social más allá de criterios exclusivamente económicos.
La legislación debe permitirnos seguir desarrollando nuestra actividad deportiva, fundamentalmente dedicada al desarrollo del Deporte Base, financiada con recursos propios, y con ayudas públicas. Ha quedado demostrado que la mencionada colaboración público-privada es la fórmula exitosa para obtener resultados excelentes, por encima de las iniciativas en solitario. Los magníficos resultados de nuestros regatistas en campeonatos internacionales y específicamente en las Olimpiadas no se podrían dar si el trabajo constante, silencioso y desinteresado que prestan a diario los clubs náuticos y sus equipos de regatas.
Melilla 1 de junio de 2024