El Real Club Marítimo de Melilla ha celebrado este fin de semana el acto simbólico de bautismo de su nueva embarcación de Dragon Boat, sumando así una segunda unidad a un proyecto que conjuga deporte, salud e inclusión social, y que continúa creciendo con gran impulso.
Este bautismo marca un nuevo hito en una iniciativa que comenzó hace más de un año y que ha ido consolidándose gracias al compromiso del RCMM y la colaboración de diversas entidades. La primera embarcación fue cedida por la Real Federación Española de Piragüismo, mientras que esta segunda ha sido adquirida en propiedad por el club, permitiendo ampliar la capacidad de participación en esta disciplina náutica.
El acto, que tuvo lugar en las instalaciones del RCMM, contó con Jerónimo Pérez, presidente del RCMM, quien estuvo acompañado por miembros de la junta directiva y por los usuarios que participan activamente en este proyecto. Tras el bautismo, ambas embarcaciones navegaron juntas por primera vez, simbolizando la unión, la fuerza colectiva y la expansión de un proyecto que ya es referente en Melilla.
El Dragon Boat, de origen asiático y con más de 2.000 años de historia, es una modalidad de piragüismo que se caracteriza por sus embarcaciones decoradas con cabeza y cola de dragón, tripuladas por entre 10 y 20 palistas, un tambor que marca el ritmo y un timonel encargado de la dirección.
Además de su dimensión deportiva, este proyecto tiene una fuerte orientación hacia la salud y la inclusión. Está especialmente enfocado en colectivos como las supervivientes de cáncer de mama (categoría BCS – Breast Cancer Survivor) y personas que han superado otros tipos de cáncer (categoría ACS – Any Cancer Survivor), quienes encuentran en esta práctica una vía de rehabilitación física y emocional.
Gracias a la colaboración de la Fundación Baleària y de personas como Paco Sánchez, el proyecto ha generado sinergias positivas que han permitido su constante evolución, consolidándose como una alternativa deportiva saludable, accesible y adaptada a la climatología favorable de Melilla, que permite su práctica prácticamente todo el año.
Con este paso, el Real Club Marítimo de Melilla se consolida como puerto base y motor dinamizador de una actividad innovadora en la ciudad, ofreciendo una oportunidad única para que cada vez más personas descubran los beneficios del Dragon Boat, tanto en el plano físico como emocional.
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